lunes, 23 de marzo de 2020

REFLEXIÓN

Haciendo un poco de memoria y de reflexión, llego a la conclusión de que lo simple, es lo difícil de conseguir.

Siempre he querido compartir mi vida con una persona que transmita paz, que no haga reproches y admita cariño.

Alguien a quien pueda respetar, dar, compartir, acompañar y recibir en libertad. 

Que cuando me acostara y cuando me levantara, sintiera que le quería un poco más.

Que me doliera cuando le doliera, y me alegrara verle feliz.

Parece simple, pero, tal vez, por simple, no pudo ser.

O, tal vez, esa persona no existe, sólo es mi imaginación.

O, quién sabe, tal vez existió en otra vida,
y, yo, aún la añoro.



(Encarna Hernández Vizcaíno)


No hay comentarios: