miércoles, 29 de noviembre de 2017

INCAPACES DE PROTEGER LA VIDA HUMANA

¿POR QUÉ SOMOS INCAPACES DE PROTEGER LA VIDA HUMANA?
¿Qué nos está pasando? ¿Porqué cada vez es más difícil que los seres humanos nos pongamos de acuerdo en asuntos básicos que nos afectan a todos por igual?
Los asuntos más básicos tienen que ver con la vida y la muerte, y la vida es el primer mandamiento que debemos proteger, pues lo contrario es la muerte.
Aun así, se oyen clamores que justifican unas muertes sobre otras, como si comparando, algunas de ellas fueran menos graves.
Pero qué pasaría si de pronto comenzáramos a eliminar estrellas; hay miles de billones de ellas, pero nos alarmaría porque no hay ninguna igual en el firmamento y sería destruir algo irrepetible.
Aquí, en este pequeño espacio llamado tierra, existimos tan sólo algo más de siete mil millones de seres humanos, y ninguno igual a otro. ¿Por qué entonces parece no importarnos demasiado que diariamente aniquilemos por activa o por pasiva a miles de estos seres por asuntos meramente económicos?
Sí, económicos, todo es economía. La política, la religión, la ciencia, son herramientas que utilizamos para conseguir siempre un fin económico, y la economía sólo sirve para medir de manera contable el materialismo, y eso no nos da la vida.
Los razonamientos humanos partidistas tampoco dan la vida, pues como no somos iguales, nos dividen para que no podamos ponernos de acuerdo en cómo hacer para mantener las vidas y no destruirlas.
Así pues, ¿cúal es el motivo por el que diariamente continuamos eliminando miles de vidas por activa o por pasiva? Habrán personas que tendrán respuestas diferentes y algunas que no tendrán ninguna.
Mi respuesta es simple: el motivo es nuestra capacidad para juzgar y nuestra incapacidad para comprender.


Encarna Hernández Vizcaíno

miércoles, 15 de noviembre de 2017

TU MANO


Pon tu mano aquí, junto a la mía, y olvida...

Acaricia esa gota de rocío, la que empapa el suspiro,
aprende a querer y no deambules cuando estés a mi lado,
porque cuando te miro y me veo en ti, mil veces más te amo.


(Encarna Hernández Vizcaíno)