lunes, 23 de marzo de 2020

HERIDAS

No existe un principio ni un paisaje útil, ni amores carnales de ojos cerrados.

No existe el misterio en horas tranquilas, ni males ocultos donde no hay dolor.

¡Que brote jazmín desde la indecencia que otros ojos ven!

¡Que brote un jardín de lo más cobarde que habitaba en mí!

¡Flores sin espinas!

Que nazca otra forma menos detestable a mis propios ojos.

Brotaré con fuerza en la nueva casa que nunca fue mía.

¡Y apareceré!



(Encarna Hernández Vizcaíno)

REFLEXIÓN

Haciendo un poco de memoria y de reflexión, llego a la conclusión de que lo simple, es lo difícil de conseguir.

Siempre he querido compartir mi vida con una persona que transmita paz, que no haga reproches y admita cariño.

Alguien a quien pueda respetar, dar, compartir, acompañar y recibir en libertad. 

Que cuando me acostara y cuando me levantara, sintiera que le quería un poco más.

Que me doliera cuando le doliera, y me alegrara verle feliz.

Parece simple, pero, tal vez, por simple, no pudo ser.

O, tal vez, esa persona no existe, sólo es mi imaginación.

O, quién sabe, tal vez existió en otra vida,
y, yo, aún la añoro.



(Encarna Hernández Vizcaíno)


martes, 10 de marzo de 2020

SIENTO MIEDO

Miedo, miedo siento, miedo del irrespetuoso con la verdad.

 

Miedo del que sólo hace ruido

para inducir a la rebelión y a la muerte

con promesas vanas.

 

Siento miedo del déspota ignorante e inhumano, que sólo se reconoce en el rencor.

 

Miedo, del que va delante y mata sentimientos nobles con autoridad.

 

Del que tiene las riendas y ataca desde su debilidad, desde su deliberada y ennegrecida conciencia.

 

Miedo del ser intransigente que arruina la fragilidad de un niño, que lo mata a golpes de palabras envenenadas,

que le arrebata los sueños que nunca le concedió.

 

Miedo del que mata por matar.

 

Del que apaga ese resquicio de luz al que tiene alma, del que borra de sus ojos la inocencia y sólo deja tristeza.

 

Siento miedo del cobarde que acalla para siempre lo que es puro, porque lo teme.

 

Siento miedo, tanto miedo del silencio 

de los que miran y callan.


De los que saben, miran y temen decirles nada.

 

Miedo del miedo, es mi miedo.

 

 

(Encarna Hernández Vizcaíno)