Quiero ignorar la atinada verdad que
paraliza y meditar en la mentira interna de la
noche.
Ir caminando hacia lo absurdo que me
ampara y me protege en el superficial engaño.
Debo acallar al llanto musitado y
vehemente que traspasa la luz de mi tiniebla.
He de seguir en el vacío incongruente que
he instalado para aplacar esa verdad que me destruye.
(Encarna Hernández Vizcaíno)
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