
Sé que sólo soy una desconocida gota que navega en el océano.
Pero soy una gota única, irrepetible, compleja y maravillosa.
Una gota en la que también conviven innumerables mundos,
mundos diminutos, complejos y maravillosos que navegan sin descanso para que este universo, que soy yo, siga existiendo.
Gotas somos todos y cada uno de nosotros en este inmenso océano; gotas únicas y maravillosas, sin las cuales,
el mar no existiría.
(Encarna Hernández Vizcaíno)