Tu piel es un paraíso de granadas, con los frutos más selectos, alheñas junto con nardos, nardo y azafrán, caña aromática y canela, junto con toda suerte de árboles de olíbano, mirra y áloes, junto con todos los perfumes más finos; y un manantial de jardines, un pozo de agua dulce, y arroyos que fluyen suavemente del Líbano. Despierta, oh viento del norte, y entra, oh viento del sur. Respira sobre mi jardín. Fluyan suavemente sus perfumes. Entre mi amado en su jardín, y coma sus frutos más selectos.
(El Cantar de los Cantares, 4:13-16)
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